Es Abogada en ejercicio del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, mediadora de la Corte de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Valencia y mediadora del Centro de Mediación del Ilustre Colegio de Abogados de Valenica (CMICAV).

Cuenta con más de catorce años de experiencia dedicada al trabajo en la Administración de Justicia como Juez Sustituta en los Juzgados de la Provincia de Valencia. Su andadura judicial se concreta entre los años 1999-2013.

Gran experiencia en los sectores relativos a las áreas específicas y especializadas en las que va a ejercer su actividad: formación académica sobre estas materias; también ha desarrollado trabajos de colaboración como analista de Jurisprudencia y Sentencias de todas las Audiencias de España y Tribunal Supremo en la Revista Jurídica General Informática del Derecho S.L.; ha publicado artículos en la Revista Cibernáutica del Dpto. de Derecho Procesal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia.

Está formada en materia de mediación con títulos universitarios.

“ (…) Durante todo ese tiempo he aprendido a trabajar desde la responsabilidad, la independencia y la exclusividad como notas propias de la actividad jurisdiccional, a dar satisfacción a los individuos y a la sociedad a través del reconocimiento de sus derechos, a estudiar y analizar concienzudamente los conflictos de las personas y darles una solución ajustada aplicando el Derecho y las leyes que nos rigen en cada momento, a conocer los entresijos de la Administración de Justicia así como las deficiencias que en la actualidad su funcionamiento está sufriendo.

En definitiva, me he “desenvuelto” en un entramado jurídico complejo, del que he obtenido una gran experiencia profesional. Descubrir la figura de la mediación ha supuesto encontrar una vertiente nueva en el ejercicio de esta profesión.

He comprobado que a las partes en conflicto les hace falta hablar y comunicarse, expresar sus sentimientos, sus intereses en conflicto, sus posturas y con ello intentar llegar a un arreglo amistoso. En muchas ocasiones, por no decir todas, es necesaria la presencia de una tercera persona que los guie y encamine a la vía del diálogo. De esta manera, se ahorraría tiempo y coste económico en la resolución de conflictos ordinarios que surgen sin parar en la vida de todas las personas”.